0027-Vértices Geodésicos Más de Mil C.V.: Altis (1311 m)

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"Libertad, libertad, sin ira libertad"

Esta semana hemos hecho una ruta para subir al Vértice Geodésico nº 27 en altura de la Comunidad Valenciana, Altis, de 1311 metros de altitud, situado en el Término de Villar del Río, en Castellón, donde suelen recibir a la gente con pancartas y fanfarria.

Uy, no, que no era Villar del Río, sino Villahermosa del Río. Perdón, jeje. Sirva como pequeño homenaje al genial director Luis García Berlanga, que nos dejó a finales del año pasado.

A la cita acudieron: Mari y Jose, Kiquet, Miguel, Paqui (amiga de Miguel), Xavier, Joan, Ramiro, Juanlu y un servidor.

A las 7:25 ya estábamos en la plaza de la Iglesia de Villahermosa preparados para empezar, en un día espléndido que se preveía caluroso, pero tuvimos que esperar un buen rato ya que Xavier pensó que nos costaría más llegar e iban retrasados respecto a la hora acordada. Cuando pude contactar telefónicamente con él, le dije que nosotros íbamos a comenzar a andar y que si no nos cogían durante el camino, les esperaríamos en el desvío del Pino Cacho.

Empezamos siguiendo las señales del GR-7, que nos hicieron cruzar el río y nos acercaron a la senda.

Este tramo de GR está bien señalizado y limpio por lo que es agradable caminar por él. Sólo le falta el ascensor, ya que es todo en subida. Conforme íbamos tomando altura veíamos como Villahermosa se despedía de nosotros.

En el ascenso se nos presentaron ya las primeras imágenes del Peñagolosa, al principio un poco curiosas. Paqui, que iba como un tiro, tomó por momentos la delantera.

Llegamos al punto en que teníamos que dejar el GR. Esta ruta tenía varias zonas incógnita, ya que la zona no dispone de sendas claras por donde pasar a no ser que sea siguiendo las pistas de tierra, de las que intentamos huir siempre que es posible. En este punto comenzaba una de ellas. Las pocas referencias que tenía de la senda que íbamos a seguir a continuación eran que estaba plagada de aliagas y alguno la calificaba como de "intransitable". Enseguida llegó el grupo de Xavier y continuamos. La senda no estaba tan mal como pensábamos, de hecho nos encantaba. No había problemas de aliagas y, al estar poco pisada, nos hacía estar más en contacto con la naturaleza. Más tarde abocamos a una pista de tierra, la seguimos un poco por la izquierda y la abandonamos cuando aparece otra pista por la derecha.

Esta pista de cómodo avance hay que dejarla porque se va separando de nuestro destino y dirigirse hacia la izquierda que es donde se encuentra el vértice. A partir de aquí, durante esta subida, fuimos cada uno buscando el mejor paso por una empinada ladera hasta llegar arriba y avistar el vértice geodésico.

En el horizonte flotaba una persistente neblina que nos impidió ver con claridad la lejanía, que seguramente en días claros puede observarse desde esta zona. Pero mirando la parte positiva, también la neblina le da al conjunto otro matiz.

Bajar de aquí era la segunda incógnita que tenía guardada en la cartera. ya que para hacer la vuelta que yo quería no había caminos ni sendas. Guiándome de los planos topográficos y las fotos de satélite había creado un track tentativo por la derecha, por donde me pareció que estaría más despejado. Lo comenté al grupo y estuvimos observando desde arriba el sitio en el que hubiera menos aliagas.

A Xavier se le veía con ganas de intentarlo por la izquierda y le dije que no pasaba nada, que podía haber más opciones con tal que nos encontráramos abajo, así que ellos se fueron por la izquierda y nosotros por la derecha. Al final no estuvo tan mal y las aliagas y los romeros dejaban pasos entre ellos sin que nos tuviéramos que pinchar.

Nos encontramos en la pista inferior y caminamos juntos buscando ya un buen lugar para almorzar, que encontramos a la sombra de unos altos pinos. Reanudamos la marcha por la pista y avanzamos hasta la siguiente aventura. Se trataba aquí de intentar seguir una senda que no se veía desde el satélite pero que aparecía en los mapas de Garmin, que nos dirigiría al Barranc de la Cimorreta. Si estaba mal o no existía senda, cabía la posibilidad de continuar un poco más por pista y bajar por unas terrazas. Fuimos guiándonos por los GPS ya que senda, senda, no había y nos encontramos con este bonito paisaje kárstico.

Aquí se volvió a dar rienda suelta a la iniciativa de cada uno y, en este caso, Xavier y el resto intentaron seguir algo similar a una senda que parecía más marcada por la derecha, mientras que Kiquet y yo intentamos seguir el track, que nos llevaba cerca del cauce del barranquito. Las cosas iban cambiando según avanzábamos y los grupos se fusionaban y se separaban y los miembros que los componían iban variando aleatoriamente.

En otro momento en que había que decidir por dónde ir, yo volví a tirar por el barranco y en principio sólo me siguió Paqui, que se apunta a un bombardeo, y más tarde se nos unió Kiquet, al que oía gritar desde atrás "¡Pablo, Pablo!" y le contestaba para que nos localizara. Aunque el barranco en ocasiones estaba frondoso, permitía el paso y era aventurero. Cuando llegamos al final del barranco y cerca de la Font de Serra Alta (que no vimos), Kiquet vio en el suelo una excepcional cornamenta de cabra montesa, como podéis ver en la segunda imagen.

La senda del mapa se volvía a meter por el lecho del barranco y si se mira el track en el mapa topográfico parece que vayamos por él, pero como el calor apretaba y ya habíamos tenido nuestra ración de barranco, decidimos avanzar por la pista que iba paralela. Este recorrido nos permitió ver algún gran desgajamiento de rocas.

Al salir de una curva nos dimos de frente con esta sensacional serie de imágenes con el poblado de La Cimorra y una vista del Penyagolosa que nos faltaba en nuestro álbum, mostrando la canal y los cortados.

Este es un primer intento de procesado de imagen con el sistema HDR. Lo intentaré más veces.

¿Ya había acabado todo? ¡Nooo! La ruta que había previsto inicialmente cruzaba el río y nos acercaba a visitar las ruinas del poblado de Bibioj, dando un rodeo por una pinada y volviendo al pueblo por su cara norte, pasando por el puente romano. Pero el calor reinante y el que la marcha por terrenos desconocidos, los que yo llamo con sorna "perfectamente balizados", nos habían retrasado e hicieron que decidiéramos ponernos de acuerdo en acortar la ruta ¡que ya estaba bien! y continuar directos por el río hasta Villahermosa.

Escogimos un márgen al azar y continuamos por él hasta que llegó un momento en que el camino se acabó. Xavi intentó cruzarlo, pero pasó uno de los brazos del río y vió que la otra parte estaba llena de zarzas, por lo que desanduvimos un trozo y encontramos un camino que cruzaba el río en un punto donde existían una piedras para que lo hiciéramos también los pedestres.

Este camino nos llevó sin problemas hasta el pueblo, bajo un sol de justicia impropio de estas fechas. Parece mentira que hace tres rutas estuviéramos andando sobre una imponente nevada no muy lejos de aquí. Al entrar en el pueblo nos dividimos y nos despedimos del grupo de Xavier, invitándoles a que repitieran con nosotros siempre que les apetezca la ruta propuesta.

Subimos la exigente cuesta hasta la plaza y nos dimos un refrescante baño de pies en la fuente ¡Nos lo habíamos merecido! Así como las cervezas fresquitas que Jose tenía en su neverita. (siempre lo mejor de la ruta). Nos dispusimos a comer en el fresco banco de piedra, admirando los pinchos que han puesto en la fachada de la Iglésia para ahuyentar a las palomas y nos despedimos hasta otra.

Un saludo a todos y hasta la próxima.

Podéis descargar el track pulsando aquí: PABLOONCE.
Pulsad aqui si queréis ver la presentación de "Más de Mil"